Este artículo de Boston Consulting Group es el primero de una serie que se centra en mejorar el impacto de las iniciativas Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI).

Según la consultora las iniciativas de inclusión tienden a seleccionar un conjunto básico de minorías demográficas visibles, segmentar a las personas en estos grupos y asumir que definen la experiencia en el lugar de trabajo. En realidad, por supuesto, los individuos están compuestos por una multiplicidad de identidades. 

En consecuencia, al confiar en las categorías demográficas convencionales, las empresas refuerzan dos consecuencias no deseadas: crear una mentalidad de mayoría versus minoría que alimenta la división entre la fuerza laboral e ignorar grandes cohortes de la fuerza laboral que podrían beneficiarse de la DEI en el lugar de trabajo. Los líderes simplemente no pueden esperar que un sistema creado para la fuerza laboral homogénea de ayer continúe siendo exitoso para una generación nueva y diversa. Para lograr un cambio radical en DEI, las empresas deben abordar el problema desde una perspectiva completamente nueva. Deben comenzar con una nueva premisa: comprender las necesidades de cada individuo, buscar patrones de diferencia que atraviesen a toda la organización. Desde esta premisa se evidencia que los programas de DEI no son solo para los trabajadores que tradicionalmente se consideran minorías, los programas e iniciativas de DEI son para todos.